Las relaciones públicas hicieron su entrada en Puerto Rico aproximadamente a mediados del siglo XX. Puerto Rico es un territorio no incorporado de los Estados Unidos que fue cedido por España, en 1898, luego del Tratado de París como resultado de la Guerra Hispanoamericana. Desde entonces, hasta hoy, ambas naciones continúan ligadas constitucionalmente y la profesión es, en parte, un legado directo de dicha relación política, social y económica.
Las relaciones públicas es considerada una profesión moderna enlazada con el desarrollo de los medios de comunicación masiva. En EE.UU., la profesión inicia a principios de siglo XX con esfuerzos de propaganda por parte del gobierno y de empresas industriales, pero a Puerto Rico la práctica llega un poco más tarde con la figura de los agentes de prensa, quienes conseguían noticias positivas para diversos clientes, principalmente en prensa, y posteriormente en cine y radio.
Puerto Rico fue una sociedad agraria que luchó contra altas tasas de desempleo y pobreza. En 1947, la legislatura puertorriqueña aprobó la Ley de Incentivos Industriales que eliminó los impuestos corporativos para fomentar la inversión. La evidencia apunta a que las relaciones públicas se establecen formalmente durante esta coyuntura histórica con la figura del primer gobernador puertorriqueño electo democráticamente, Luis Muñoz Marín, quien, a partir del 1948, utiliza las relaciones públicas para promover el establecimiento de diversas industrias y empresas estadounidenses.
También hay evidencia de esfuerzos previos de propaganda, concertados por el gobierno de los Estados Unidos para, entre otras cosas, incentivar el reclutamiento de ciudadanos al servicio militar durante la Primera y Segunda Guerra Mundial, promover el control de la natalidad e incentivar el turismo norteamericano en la isla.
Muñiz Advertising (1923), West Indies Advertising (1923) y Publicidad Badillo (1944) fueron las primeras agencias de publicidad en ofrecer servicios de relaciones públicas en la isla. Entre 1920 y 1930, Guillermo Navarro Fuentes trabajó para la Porto Rico Railway Light & Power Company y fue el primero en ostentar un título de relaciones públicas (aunque algunos lo debaten). El gobernador militar estadounidense, Blanton Winship (1934-1939), fue el primero en propulsar el turismo norteamericano hacia la isla; durante su administración, José Arnaldo Meyners fungió como su primer secretario de prensa. Igualmente, durante la década de los 30, el laureado escritor puertorriqueño, Luis Pales Matos, dirigió la oficina de relaciones públicas de la Puerto Rican Emergency Relief Administration (PRERA); otros destacados escritores puertorriqueños también prestaron sus dotes literarios al ejercicio de la profesión.
Según récords históricos, en la década del 1940, Muñoz Marín contrató a la firma de comunicaciones Ogilvy para promover a Puerto Rico y su modelo económico de desarrollo industrial, así como los beneficios contributivos entre empresarios estadounidenses. El esfuerzo, conocido como Operación Manos a la Obra, consistió de una serie de programas patrocinados por el gobierno de los EE.UU. y Puerto Rico para modernizar e industrializar la economía de Puerto Rico. El objetivo era transformar la economía agrícola de la isla en una economía industrial. La Administración de Desarrollo Económico, conocida como la Compañía de Fomento Industrial de Puerto Rico (PRIDCO), alentó el establecimiento de fábricas para incrementar el empleo, así como el desarrollo de la industria hotelera para sostener el turismo.
Durante esos años, el gobierno de Puerto Rico también estableció en EE.UU. una oficina nombrada Puerto Rico Information Service, cuyo fin era generar y publicar noticias positivas en medios de EE.UU. sobre el proceso de industrialización y transformación económica de Puerto Rico. Con la llegada de empresas norteamericanas a la isla también llegaron ejecutivos estadounidenses, quienes auspiciaban iniciativas de relaciones públicas enfocadas, principalmente, en reforzar las relaciones con los medios, la coordinación de eventos y actividades corporativas.
Paralelamente, a nivel local, se estableció lo que se conoció como la División de Educación a la Comunidad (DIVEDCO), una agencia gubernamental establecida en 1949 con el propósito de producir material audiovisual para educar a la población sobre diversos temas. La DIVEDCO empleó a escritores, artistas, fotógrafos, organizadores comunitarios, cineastas y músicos para crear películas, obras, carteles y material educativo sobre temas de interés público, como: la alfabetización, la salud y prevención de enfermedades, la democracia y la participación cívica, entre otros temas sociales.
Para mediados de los 50, Puerto Rico ya contaba con varios medios de prensa, radio y televisión, y un grupo de relacionistas locales, reconociendo la importancia de la profesión en el desarrollo económico y bienestar social de la isla, decidieron crear un grupo profesional que se conoció como Sociedad de Relaciones Públicas, fundada en el 1957. Entre sus miembros se destacan figuras como: Manuel González, Sixto Toro, Samuel de la Rosa, Agustín Echevarría, José Arnaldo Meyners, Ramón Casablanca, entre otros.
A partir de este momento comienza un intercambio profesional entre relacionistas puertorriqueños y colegas a nivel internacional, ya que gracias a la Sociedad de Relaciones Públicas de Puerto Rico se fomentó la participación de profesionales locales en varias conferencias celebradas durante la década del 60 en México, Venezuela, Chile e Italia, respectivamente. En 1964, el entonces presidente del gremio local, Samuel de la Rosa, fue electo presidente de la Confederación Interamericana de Relaciones Públicas (CONFIARP) y es así como, en el 1965, se celebró en San Juan, Puerto Rico, la 5ta. Conferencia Interamericana de Asociaciones de Relaciones Públicas. Sin embargo, luego de un periodo de inactividad, la Sociedad de Relaciones Públicas se disuelve.
En la década del 1970 ocurren varios hitos importantes. El 19 de mayo de 1970 se incorpora oficialmente en el Departamento de Estado la Asociación de Relacionistas Profesionales de Puerto Rico (ARPPR), con el objetivo de profesionalizar la práctica y promover la educación del gremio. Los primeros colegas en incorporar la ARPPR fueron: Samuel de la Rosa, Iraida Fernández, Rafael de Santiago y Josef Pons.
En el 1972 se establece la primera Escuela de Comunicación Pública en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras y con la profesionalización de la práctica de las relaciones públicas en la isla, se amplían los esfuerzos de relaciones con la comunidad. Entre las campañas más reconocidas se destaca Enceste, un esfuerzo creado por la compañía puertorriqueña distribuidora de alimentos y bebidas V. Suárez & Co., con el objetivo de concienciar a la ciudadanía sobre la importancia de disponer apropiadamente de la basura provocada por el consumo para mantener la belleza de los espacios públicos.
En 1976, el Congreso de los Estados Unidos aprobó la Sección 936, una disposición promulgada para alentar a las corporaciones norteamericanas y sus subsidiarias a establecerse en Puerto Rico. La industria farmacéutica en particular aprovechó la Sección 936, aumentando la necesidad de profesionales de relaciones públicas cualificados para hacerse cargo de las comunicaciones corporativas, comunicaciones internas y manejo de crisis, así como de las relaciones con la comunidad y con los medios. Un ejemplo en práctica fue el programa Adopte una Escuela, desarrollado por la farmacéutica Syntex, que promovía el apoyo a las escuelas públicas.
Durante las décadas subsiguientes, comienza un desarrollo sostenido de la profesión con el establecimiento de varias firmas de publicidad y relaciones públicas estadounidenses y puertorriqueñas, a saber: Corporate Communications, McCann-Erickson, Young & Rubicam, Edelman, Badillo Saatchi & Saatchi, Comstat Rowland, West Indies, Martí Flores Prieto, Premier Maldonado & Asociados, Plus Public Relations, De La Cruz & Associates, Hill & Knowlton, Burson-Marsteller, entre otras. También hubo un capítulo muy activo de la International Association of Business Communicators (IABC).
La década de 1980 representó una gran expansión y visibilidad significativa para la profesión. En 1984, el Dr. Edward Bernays visita la isla por primera vez, se reúne con varios profesionales y universitarios y establece un fondo de becas en su nombre para alumnos prometedores. En 1985, se establece la primera maestría en Relaciones Públicas en la Universidad del Sagrado Corazón. En el 1988 se lleva a cabo la primera Convención Anual de la ARPPR y en el año siguiente, en 1989, se creó el Certamen Excel, premiación que reconoce a los relacionistas por sus ejecutorias sobresalientes en el campo.
Durante la década de 1990, muchas empresas desarrollaron campañas y programas enfocados en la promoción de las artes, el deporte, la educación, el reciclaje, la conservación del medio ambiente y la prevención del consumo de drogas. Algunas empresas pioneras fueron Goya de Puerto Rico, Bacardí, Burger King, Triple S, Colgate y Banco Popular, entre otras empresas que entendieron el valor de emplear a profesionales de relaciones públicas bilingües capacitados. Organizaciones sin fines de lucro, como el Fideicomiso de Conservación (ahora llamado Para la Naturaleza) y SER de Puerto Rico, también realizaron esfuerzos emblemáticos de recaudación de fondos, aunque hubo muchos otros. El gobierno también implementó esfuerzos para aumentar la visibilidad de la isla, como el Pabellón de Puerto Rico en la Exposición Universal de Sevilla, España, y la Gran Regata Colón celebrada en 1992 en San Juan. Otro esfuerzo importante fue Puerto Rico 2004, alianza creada para promover el desarrollo y crecimiento económico a través de la candidatura del país como sede de los Juegos Olímpicos.
No obstante, el desarrollo de las relaciones públicas en Puerto Rico, tal y como las conocemos en la actualidad, se debe en parte a los cimientos establecidos por Fernando Valverde, APR, Fellow PRSA. Debido a sus iniciativas y mentoría relacionistas locales lograron crecer profesionalmente y obtener la acreditación APR otorgada por el Universal Accreditation Board (UAB). Los primeros practicantes en obtener la acreditación APR en Puerto Rico fueron: Fernando Valverde, Luis Cruz Echevarría, Lourdes Pérez Pons, Iris Santini, Thomas Kierce, Olga Mayoral Wilson y Josef Pons. Los primeros APR admitidos en el PRSA College of Fellows fueron: Fernando Valverde, Olga Mayoral Wilson, Gigi De Mier y Ana Toro.
Durante los años 2000, se lograron importantes alianzas con grupo profesionales, como la Global Alliance for Public Relations and Communications Management y la Public Relations Society of America (PRSA). La destacada relacionista Gigi De Mier, APR, Fellow PRSA, fomentó estas alianzas y coordinó de forma voluntaria la acreditación APR hasta el 2006, cuando la ARPPR asumió dicho rol.
Luego de varios años de planificación estratégica y de esfuerzos de cabildeo, la ARPPR logra la aprobación de la Ley Núm. 204 del 8 de agosto de 2008, mediante la cual se crea la Junta Reglamentadora de Relacionistas de Puerto Rico para regular la práctica de la profesión a nivel local. Puerto Rico es uno de cuatro países del mundo que requiere la obtención de una licencia y de educación continua para practicar la profesión.
En el año 2020, la ARPPR celebró su 50 aniversario y en la asamblea celebrada el 5 de octubre de 2022, cambió su nombre a Asociación de Relacionistas de Puerto Rico (ARPR). Al presente hay 1,314 relacionistas licenciados en Puerto Rico y existen cuatro universidades locales que ofrecen grados universitarios en comunicación con énfasis en relaciones públicas. Se estima que unos 150 estudiantes universitarios se gradúan cada año de dichos programas y cada vez hay más agencias de relaciones públicas locales y consultores independientes.
En la actualidad, 25 colegas mantienen la prestigiosa acreditación APR. Anualmente, la ARPR realiza sesiones de repaso, ofrecidos por la colega y “accreditation chair” Gladys Díaz, APR, en apoyo a los relacionistas interesados en tomar el examen para obtener la acreditación APR de prestigio internacional. Actualmente, la Junta de Directores de la Asociación de Relacionistas de Puerto Rico es presidida por Zaima Y. Negrón.